Mi podcast: ¿Y por qué no aquí?

viernes, 28 de noviembre de 2008

Un país cuadriculado, amante del talonario 1/2

Hace varias semanas que no escribía, y cuando lo hago es un tanto cabreado, pero bueno, voy a relatar uno de los lados oscuros de este bendito país. Su mente cuadriculada y su amor por solucionar los problemas a base de golpe de talonario.
Yo no tengo nada en contra de las normas. Mi puntito 'anarkista' creo que se me acabó al firmar mi hipoteca y admitir que quizá no haya ni dios ni patrón, pero amo lo hay seguro, y ese es el banco. Pero las normas creadas por mentes cuadriculadas, que provocan más problemas de los que pretenden solucionar, me rascan soberanamente la entrepierna. Me centro.
Después de tres años conviviendo con las luces y sombras, además de con la ahora mi rubia esposa, ya tengo los requisitos, familiares y temporales, para solicitar la residencia permanente en Noruega. También creo tener derecho a solicitar nacionalidad noruega si lo deseo, pero entre ustedes y yo, ni de coña. De nada me sirve, y ese puntito español que aún me otorga mi pasaporte me hace sentirme un poco más cerca de casa. Fuí a presentar los papeles, porque a pesar de estar en la era de Internet, aún hay muchos papeleos y visitas a muchas ventanillas, con el único objetivo de poner las cosas más difíciles al extranjero que pretenda quedarse por aquí. (Esto no es ni mucho menos mejor en España, así que no vamos a poner mal a Noruega por este punto).
La norma en cuestión que me saca de quicio es una que tiene su parte positiva y su negativa. Con el ánimo de integrar a los inmigrantes en la sociedad Noruega, en 2005 se creó una norma que obliga a todos los extranjeros que pretendan quedarse a acudir a un curso de Noruego de 250 horas y uno de cultura y sociedad de 50 horas. Creo recordar que Rajoy propuso algo parecido en España. Lo del noruego está muy bien, porque a los que tenemos reagrupación familiar nos sale gratis. Pero lo de la sociedad es uno de esos ejemplos de mentes cuadriculadas. Después de llevar viviendo dos años con una familia noruega, debía entregar 50 horas de mi vida (siempre en vacaciones o en horario laboral, no por las tardes) para escuchar a una colombiana que llevaba en Noruega tanto como yo, que a los noruegos les gusta pescar bajo el hielo y llevar la bandera nacional el día 17 de mayo. Evidentemente, yo consideré que tenía otras cosas mejores en las que perder el tiempo, como es trabajar para poder vivir en este caro país, y tan sólo acudí a 22 horas. La profesora-instructora o cómo se le quiera llamar, es hoy mi amiga, pero me estoy plantando su amistad, porque apuntó cada una de mis faltas y esa podría ser razón para negar mi permanencia legal en Noruega. Mire usted qué tontería. Pero bueno, se ha podido arreglar. El año pasado saqué mi título de Noruego, y con otra tira de papelotes, puede hacer la misma labor, por lo que he solicitado la acreditación de mis conocimientos nórdicos, como si no hubiera acudido a ninguna de las más de 300 horas que estuve en las clases de noruego.
Una cosa positiva es la centralización de datos. De la policía me mandaron a mi escuela de noruego, y de esta escuela de noruego a otra perteneciente al ayuntamiento en el que ahora resido. No fue divertido el toque de pelotas de tenis de un sitio a otro, pero ayuda bastante, aunque da también un poco de miedo, como, con tan sólo tu número personal, una especie de DNI, aparecen todos tus datos en todos los ordenadores de todas las administraciones noruegas, y así se evitan tener que estar llamando o mandando e-mails de unos a otros. Acojona ver cuanta información privada está en manos de tanta gente, pero también ayuda que te puedes mover de un sitio a otro de Noruega y tu nuevo médico tendrá al instante todo el historial de tu antigua localidad. En España, casi puedes robar un coche en Sevilla y mudarte a Bilbao porque la Guardia Civil jamás le pasará esa información a la Ertxaintza (¿Se escribía así?).
Y a la espera estoy de recibir unos papeles que he de presentar en otro sitio, por lo que me pregunto yo que para qué tanta centralización de datos. Pues eso. Para tocar las narices e intentar que alguno no se moleste en solicitar sus derechos.
Y me estoy alargando mucho, así que la peor parte, que es la de soltar las tasas, tasazo hablando de Noruega, lo dejo para el siguiente post.

2 comentarios:

  1. Ertzaintza! ;)
    Nada en España lo de los papeleos creo que estaría mucho peor...

    ResponderEliminar
  2. Hola, yo soy de colombia y aquí hace algunos aÑos no hay embajada noruega. En el momento exacto en el cual leí que la instructora es de colombia, me puse en alerta ya que en este momento estoy totalmente desinformado acerca de qué requisitos necesito para transladarme de aquí a allá, ya sea en plan de paseo o plan laboral, pero si hay forma de que me informes un poco, o de que me pongas en contacto con aquella mujer colombiana... Lo agradecería mucho!

    ResponderEliminar