Mi podcast: ¿Y por qué no aquí?

lunes, 13 de mayo de 2013

Fútbol, fútbol, fútbol... en Noruega

No hay duda de que estos casi ocho años en Noruega me han cambiado. Bueno, los ocho años en Noruega, los 34 y pico tacos y los dos críos. Sigo siendo un cabra loca, pero un cabra loca noruego y con dos hijos. Hace diez años siempre juré no entrar en un McDonalds, representación del infierno en la Tierra, y ahora no podemos evitar al menos una visita mensual. Aunque mejor si es el Burger King. 
Hace diez años yo era de esos a los que les importa un pito el deporte. Se podía intuir por mi creciente panza, pero también por mis comentarios, en muchas ocasiones despectivos a los fanáticos del fútbol o a los que perdían la tarde del domingo pegados al transitor o a la tele. Y la vida y Noruega me han cambiado. El hecho de que mi hijo de ocho años juege al fútbol en dos equipos (Solberg y Godset) me ha acercado más a los campos. Y el  trabajar en una escuela para deportistas, NTG, ha conseguido que tenga respeto por estos profesionales. Ofrecen muchas horas de trabajo y sacrificio, y no todos sueñan con ser Messi o Ronaldo, sino con disfrutar con lo que hacen y quizás ganar alguna medalla. 
Este finde ha sido bastante futbolero. El domingo me tocó ayudar en la organización y seguridad del partido de la División de Honor noruega entre Strømsgodset (Drammen) y Brann (Bergen), primero y segundo respectivamente en la clasificación. Un tremendo 2-0 y un partido con muchos más tiros a puerta de los que la liga noruega está acostumbrada, hicieron de la tarde un buen recuerdo. 

Y hoy le tocaba el turno a mi hijo, en su primer partido de la temporada con Solberg Lions (hay que recordar que aquí la temporada empieza al terminar el invierno). No empezaba mal. Daniel marcó los tres primeros goles y el partido acabó 11-2 para los nuestros. Si esto sigue así, lo mismo este enano me saca de pobre y ya sólo escribo este blog por entretenimiento... Espera, eso es lo que hago ahora... Bueno, que me saque de pobre y ya veremos lo que hacemos con el blog. 

domingo, 5 de mayo de 2013

Bodas, bautizos y comuniones... por lo civil. La confirmación noruega.

Nadie se sorprende cuando escucha hablar de una boda en el juzgado. Tampoco resulta muy extraño si  alguien participa en un funeral laico. ¿Pero han oído hablar de bautizos, comuniones y confirmaciones "por lo civil"? Al ser Noruega un país protestante, el sacramento de la comunión pasa muy desapercibido, pero las confirmaciones tienen gran importancia. Es el momento en que los padres se agobian para organizar el banquete, y los adolescentes esperan con ansias para poder obtener todas las novedades tecnológicas que su compa de pupitre ya tiene. 
La confirmación es la celebración del paso de la infancia a la vida adulta. Generalmente siempre ha sido una celebración religiosa, pero en muchos lugares ya se celebra como ese paso al inicio de la madurez. 
Estamos en época de confirmaciones en Noruega. Cada fin de semana ves a un montón de gente trajeada o con los trajes tradicionales noruegos o "bunad". Este sábado estuve con mis hijos en el teatro en la sala Union Scene de Drammen, y allí la Asociación Humanista estaba celebrando su gran ceremonia de confirmación. No sé mucho de estas celebraciones, más que lo que la Wikipedia me ha dicho sobre que se celebró por primera vez en Oslo en 1951. Desde entonces se ha llamado "confirmación civil", hasta el año 2005 en que se cambió el nombre por "confirmación humanista". Consiste en un curso y una ceremonia final en algún teatro o centro de cultura municipal. En el curso aprenden ética y visión de la vida y tienen charlas sobre buen comportamiento, aprenden a ser críticos, respeto, tolerancia y responsabilidad. 
Seguro que hay una buena razón para que se iniciaran este tipo de celebraciones, pero yo tengo dos teorías que poco tienen que ver con lo que encuentren en la wikepedia. 
1.- Noruega es una sociedad que apuesta por la igualdad. Hombres y mujeres sin iguales. Negros y blancos son iguales. Perros y gatos son iguales. Y por supuesto religiosos y agnósticos deben también ser iguales. Noruega ha sido hasta hace poco un país confesional, con iglesia estatal. Aun así, el respeto a la diversidad siempre ha sido bastante amplio. La mayoría celebraba su confirmación en la Iglesia, y claro, no se podía permitir esa diferencia de que mientras unos jóvenes estaban cumpliendo sus obligaciones como ciudadanos y devotos, a las puertas de la iglesia otros adolescentes estuvieran fumando y perjurando. Todos debían confirmarse. ¿No quieres entrar en la iglesia? Pues Mahoma va a la montaña y te meto la confirmación en el Ayuntamiento. 
2.- Presión de los propios adolescentes agnósticos: El día de su confirmación, los adolescentes reciben cantidades impresionantes de regalos, cada vez más en común en metálico. Es el momento que consiguen su primera moto y su quinto iPhone. Imagínense a los adolescentes al llegar a casa: "A Ola Norman le han regalado una Kawasaki y un iPad de 37 pulgadas. ¿Tengo yo que seguir con mi patinete y mi Motorola sólo porque vosotros dos sois dos jodidos ateos?". El que tenga hijos, me entenderá. Uno está dispuesto hasta a circuncidar a su hijo por el rito judio con tal de que deje de dar el coñazo. Así, mejor que tener que comulgar con ruedas de molino, un grupo de padres creó la Asociación Humanista y se inventaron la confirmación civil para conseguir que sus hijos se callaran, consiguieran el último Smart Phone y no tuvieran que ir en contra de sus ideas hippies negadoras de todo ser superior. 
Así, todos ganan. Menos la cuenta corriente de los invitados, que tirita cada vez que en el buzón aparece la invitación para una confirmación. Porque mi experiencia me dice que los noruegos son un poco tacaños a la hora de hacer regalos en una boda, y pocos llegan a cubrir el precio del cubierto, y sin embargo todos te miran mal si das menos de 150 euros a un niñato que nunca ha visto tanto dinero junto. 
Creo que a España esto no ha llegado porque a la edad en que los niños hacen la comunión, aún no esperan tantos regalos. Pero al paso que va la sociedad, donde los niños de 7 años ya tienen mejor teléfono que su padre, poco tardará en llegar al que se le ocurra la comunión por lo civil para que los niños no católicos también reciban sus regalos. Aunque eso sí, en lugar de "mi primera biblia", recibirán "mi primera constitución" y en lugar de ir vestidos de marineros, se pondrán un uniforme de Hipster. 
Al ritmo que vamos, llegaremos a ver el bautizo civil. ¿Cómo? ¿Que en Noruega ya existe? Sí, también te lo organiza la Asociació Humanista y se llama "Fiesta del nombre". No vaya a suceder que todos los bebés de 4 semanas de padres que no se creen la historia de Adán y Eva, salgan en manifestación a las calles de Oslo a protestar por tamaña discriminación. 
PD: La foto no es de una confirmación, es del 17 de mayo del 2011, pero era para enseñar cómo es un ejemplo de "bunad" noruego. Además, para enseñar lo guapos que somos mi hija y yo.