Mi podcast: ¿Y por qué no aquí?

sábado, 28 de febrero de 2009

Noruega no está tan mal

En los más de tres años que llevo viviendo en Noruega, me he cansado de escuchar lo terrible que es este país. Frío, aburrido, poca vida social, precios elevadísimos, alcohol y tabaco inalcanzables … Me muevo en un entorno poco noruego. No sé por qué, pero ninguno de mis amigos más cercanos es de aquí. Conozco a muchos, claro, y tengo amigos, pero ningún noruego con la confianza suficiente para quedar a tomar una caña a solas y hablar de mis cosas más personales. Mi mejor amigo es de Macedonia. Mis compañeros de trabajo con los que más me relaciono son de Francia y Suecia. Mis amigos en Oslo son españoles. Y hay una mala rutina del inmigrante de criticar lo que no es suyo. Y la pregunta es, si tanto nos disgusta Noruega, ¿qué hacemos aquí? Se podría decir que estamos presionados por las circunstancias: el trabajo, la familia… Pero no es así. Hay mucho más. Noruega no está tan mal. Y no sólo porque los sueldos sean fantásticos. Simplemente es otra forma de divertirse. Y hay que hacerse a ella. Esta es la parte dura. Yo lo he intentado esta semana. Y no me ha ido mal.

La semana que mañana termina ha sido de vacaciones para mí. Ser profesor tiene algunas ventajas, y tener numerosos días libres en una de esas pocas, como ya relaté en uno de mis antiguos post. En Noruega el curso empieza antes, a mediados de agosto. Pero para compensar, hay Høstferie (vacaciones de otoño), una semana en octubre, y Vinterferie (vacaciones de invierno) otros siete días en febrero. Las que ahora disfrutamos. Con la cosa de la crisis, no daba para unas vacaciones en la playa, que es lo que más apetece tras 2 meses a diez bajo cero y con nieve hasta la cintura. Así que decidí sacar el mejor partido a mi entorno: Drammen.

Este año apenas he ido a patinar sobre hielo, el único deporte de invierno que hasta ahora dominaba, y también el más barato. Compras unos patines por unos 30 euros, y te buscas el charco más cercano. Sencillo. Sencillo encontrar el hielo, no tanto patinar. Pues el “palante” ya lo controlo, pero el “patrás” necesita aún un retoque de técnica.

El finde pasado probé un “deporte” más tranquilo sobre la misma superficie. El “isfiske”, o pesca sobre hielo.


A mí esto siempre me ha dado mucho reparo desde que hace años vi una película en la que unos niños jugaban al jockey sobre un lago, este se rompía y ya sabemos lo que les pasó a las criaturas. Pero bueno, tras los dos mencionados meses con carámbanos en las narices, el hielo tiene un grosor considerable, y fuimos a pescar a Drammenfjord, el fiordo de Drammen. Es decir, lo más cerca que he estado de ser Dios, porque estuvimos literalmente caminando sobre las aguas del mar. Agua salada, que es lo que más me sorprendió. Esta práctica, que me niego a considerar deporte, siempre me había parecido un tanto aburrida, pero no lo fue tanto cuando en menos de dos horas, cacé cuatro bicharracos de unas proporciones adecuadas para pegarnos una buena cena.

Mi siguiente incursión en la cultura nórdica fue el esquí de fondo o nórdico. Deporte y orgullo nacional. Hace un par de semanas probé en Oslo, en una excursión que tengo pensado relatar para Soitu, así que la aparco. En esta ocasión fue en Drammen, y por triplicado. Tres veces en una semana, así que no es broma que mis brazos empiezan a crecer. En esta zona tenemos dos pequeños lugares para esquiar. En la loma de la montaña, por encima de donde yo vivo, que se lleva Solbergelva, y en el famoso Spiralen. Increíble obra de ingeniería que merece la pena visitar, con un túnel en espiral de 2 km de largo. Esquiar tiene su punto, y casi se lo estoy pillando, porque al principio no lo cazaba. Subiendo te agotas y bajando te caes de bruces. ¿Dónde esta la gracia pues? Pues en tener técnica para no cansarte tanto y no caerte a cada bajada. Estamos en ello. De momento lo que saqué de estas excursiones es la foto que acompaño. Que aunque parezca algo raro, tan sólo es mi codo.

Puestos a correr riesgos, quise dar un paso más. Snowboard. Tan solo había probado un par de veces, junto con el curso de noruego, con resultados no del todo satisfactorios. Pero no desfallezco. Quedé con dos alumnos de mi instituto en Drammen Skisenter. Uno de los estudiantes es 100% sangre nórdica, de los que han nacido con los esquís en los pies y que algo podría enseñarme. Y no estuvo mal. 5 veces para arriba y 5 para abajo. Bueno, para abajo muchas más, si contamos cada vez que me caí. Para empezar, al bajarme del telesilla. Porque joder, no consigo pillarle el punto. Luego, si se baja despacito y frenando, el snowboard no es tan difícil. Hacer birguerías se lo dejo a otros.

Y esto también es Noruega. Lo que ofrece lo tienes que tomar. Y si no, lo mejor es sacar el primer billete de avión que salga para la playa…. Lo cuál me estoy planteando.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Jueves, en RNE: Reparto de tareas domésticas

Parece que a la edición catalana de Radio Nacional le ha gustado mi voz, porque otra vez me requieren para intervenir en el magazine La matí a 4 bandes de mañana, jueves, 12 de febrero. En esta ocasión el tema a tratar es el reparto de las tareas del hogar entre hombres y mujeres.

Noruega está orgullosa de ser uno de los países donde la igualdad entre el hombre y la mujer está más arraigada. Noruega lidera el ranking muldial en igualdad de sexos. Mi experiencia me dice que es verdad. A simple vista, no se aprecian diferencias entre hombres y mujeres y eso también se nota en las tareas del hogar. Aquí todos apechugamos (por la cuenta que nos tráe). En mi opinión hay dos motivos fundamentales. El primero es que la mujer noruega tiene un fuerte carácter, y no va a dejar que se la reduzca a la simple tarea de ama de casa y única encargada del trabajo en el hogar. Además, aquí casi todos se independizan rápidamente. A los 18 o 19 años. Y viven sólos. En esos apartamentos de 30 metros cuadrados que tanto escandalizaron hace algún tiempo en España. Y claro, hay que aprender a limpiarse los calzoncillos.

En el mencionado ranking, elaborado por la fundación Foro Económico Mundial, se tienen en cuenta cuatro elementos: Participación y oportunidad económica; Nivel educativo; Poder político; Salud y supervivencia. Los dos factores principales son la disminución en las diferencias salariales entre hombres y mujeres, y la obligación del 40% de féminas en cargos directivos. Esto no afecta directamente a la igualdad en el hogar, pero sí hace que haya más mujeres trabajando, lo que reduce el número de amas de casa. Y cuando ellas vuelven del trabajo, están tan cansadas como nosotros. ¿Van a permitir que nos sentemos a ver la tele mientras ellas hacen la comida?

El actual gobierno se ha tomado muy en serio esta ley de paridad. El primer Ministro noruego, Jens Stoltenberg, es, evidentemente, un hombre. Pero las otras dos cabezas visibles del gobierno son mujeres. Las carteras de Finanzas y de Petroleo y Energia están dirigidas por ministras, y en un país como Noruega, estos ministerios son más importantes casi que la Corona. Además, hay más ministras que ministros (10 de un total de 19 carteras).

En la foto, de izquierda a derecha, Åslaug Haga, Jens Stoltenberg og Kristin Halvorsen Foto: ARASH A. NEJAD

Pero, ¿cuál es una de las principales tareas del hogar? El cuidado de los niños. En Noruega se dispone de un año de maternidad con el 80% del sueldo o de 44 semanas con el salario completo. En principio los padres cuentan con seis semanas de permiso, pero se da la opción de compartir el año de baja.

Así que todos iguales... pues yo me pregunto. ¿Por qué siempre soy yo el que tiene que quitar la nieve de la puerta del garaje?

CÓMO ESCUCHAR: La emisión será después del bolentín de las 9.00. Entorno a las 9.10 de la mañana. Podéis probar a escuchar en la web de RNE y ahí ir al cuadro de Radio Nacional en directo. Si esto no funciona, se puede probar también con la web de Ràdio 4 y aquí pinchar donde pone Escolta Ràdio 4, que abrirá el reproductor de Windows Media Player.

PS: SOBRE LOS COMENTARIOS: Agradezco infinítamente todos los comentarios que hacéis. Tanto los positivos como los críticas, pues con ambos mostrais un interés por lo que yo he escrito. Pero como ya he dicho en otras ocasiones, me gustaría que no hubiera comentarios anónimos. Si es para alabarme, para tener a alguien a quien dar las gracias. Y si es para criticarme, para poder rebatir. Nunca me gustó eso de tirar la piedra y esconder la mano. Sé que teniendo un blog es un riesgo que asumo, pero si alguien ha utilizado un minuto de su vida para escribir en mi blog, estaría muy bien saber quién es.

lunes, 9 de febrero de 2009

Martes, en RNE: ¿Inferioridad española?

Mañana, martes, 10 de febrero de 2009, apróximadamente a las 9.10 de la mañana, todo el que quiera podrá escucharme otra vez en la edición catalana de Radio Nacional de España, Ràdio 4, aunque mi parte seguirá siendo en castellano clásico, pues mi conocimiento de la segunda lengua del reino aún no llega a la fluidez que la radio requiere. Es curioso que de lo que vamos a hablar mañana es algo que tenía pendiente para mi blog: El sentido de inferioridad español. Mientras estamos en España, nos sentimos el culo del mundo, con perdón. Decir que uno es español es una vergüenza, y la lucha de nacionalidades o regionalidades se lleva todo el debate. Pero es cruzar los pirineos, y se vé a un bilbaíno cantando el Porrompompero en una estación de trenes de París (esto lo he visto yo).

¿Cómo nos ven los extranjeros? En mi opinión, si en España se supiera la fantástica imagen que nuestro país tiene, ayudaría a subir la moral general, y eso quizás sirviera, por un lado, para hermanar un poquito las cuatro puntas de la península, que como los imagenes se tocan, pero se repelen, y por otro, para animar a las empresas a ampliar el horizonte y saber que hay barcos que cruzan el Atlántico y aviones que llegan a Siberia. Desde mi experiencia, la imagen de los españoles es fabulosa. Es decir que eres español, y todo son sonrisas. En serio. La semana pasada estuve en Polonia (que sigue pendiente, aunque las fotos ya las podéis ver en la parte baja del blog og en mi página de Flickr), y estaba acompañado de dos compañeros, una francesa y un sueco. Conocimos a un grupo de polacos, y decir que eran de Francia y Suecia no les hizo cambiar el gesto, pero cuando yo dije que era de España, ya tenía amigos. Lo mismo me ocurre a menudo en Noruega. Se podría pensar que es porque aquí hay muchos inmigrantes por asilo político y de países con diferentes problemas. De lugares como Afganistán, Pakistán, India... que no tienen muy buena imagen. Y por contraposición a esto, nosotros somos buenos. Pero el caso es que no ocurre así si eres italiano o francés. ¿Por qué? Cierto es que un gran número de noruegos tiene apartamento en España, y el 90% (por dar un número) visita nuestro país cada uno o dos años. Y cada vez que vienen aquí encuentran muchas sonrisas (claro, vienen con divisas). La imagen del español es sonriente, optimista, festiva y de carácter fuerte, pero en el buen sentido, personas con carácter, de sangre en las venas. De tanto oirlo, he empezado a creer que es verdad. Los productos españoles también van hacia arriba. Las tapas están de moda, y el vino español se aprecia tanto como el francés. Actores y cantantes españoles, cocineros españoles... ¿A qué esperamos? ¿Cuándo se va a sacar provecho de todo ese potencial para sacar a España del pozo en el que se encuentra? Quizás no seamos más listos que el resto, pero lo que está claro es que no somos más tontos. De esto hablaremos mañana en la radio. Si alguno se anima, podéis darme más ideas. Aún quedan unas horas para la emisión. Especialmente si leeis desde otros países, decidme cuál es la imagen allí de los españoles. Para escuchar Ràdio 4, recordad que tenéis que ir a Internet, y clicar sobre la emisora. Nos oímos.