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jueves, 8 de octubre de 2020

"Erna is watching you": noticias sobre Noruega y el COVID

(Transcripción del guión de mi participación en el programa "Todo por la radio", en "La Ventana" de la SER del 08.10.2020) 
ACTUALIDAD DE NORUEGA 
(suspendida la fiesta del 12 de octubre en la embajada) 
Pues lo más destacable, por lo menos para mí, es que ahora mismo, jueves anterior al 12 de octubre, debería estar en la fiesta anual que organiza la embajada de España en Oslo. Acto social central de la comunidad española de por aquí y por supuesto suspendido por el COVID. Esta fiesta es muy popular porque es el único lugar donde puedes tener alcohol gratis en un país donde la caña vale 10 euros. Este es el motivo por el que se organiza un jueves, porque la gente trabaja al día siguiente y alcohol gratis en fin de semana aquí podría llevar a terribles consecuencias.
Aunque puede que no sea el único que se quede sin fiestas, porque hace pocas horas se ha sabido que el sábado, 70 jóvenes tuvieron una fiesta permitida en una residencia de estudiantes, y hoy han aparecido hasta el momento 8 infectados por COVID y ahora están los 200 residentes de cuarentena en sus habitaciones. Y el Ayuntamiento ha dicho que se acabaron las fiestecitas.
 (mascarilla “Erna is watching you”) 
Aparte de esto, Noruega, para variar, vive una realidad paralela. Aquí es ahora el tema de portada la propuesta de presupuesto para los próximos dos años y se centran en la reducción en el impuesto sobre el patrimonio que va a suponer que los más ricos del país paguen 125 millones de euros menos el próximo año. Para quitar un poco de hierro a este asunto y recordar el principal problema en el mundo, la primera ministra Erna Solberg publicó una foto en su Instagram, y luego se presentó ante el corrillo de periodistas con una mascarilla, que no es obligatoria en general en Noruega, donde se podía leer “Erna ser deg”-“Erna te ve”, haciendo referencia a la frase “Big Brother is watching you” de la novela 1984 de George Orwell. Ante la pregunta de los periodistas si este era un buen chiste porque se refiere a un sistema totalitario, Solberg respondió que ella solo lo veía divertido y que era una forma de llamar la atención ante las medidas de protección contra la pandemia.
 

(relajo en las medidas de control en todo el país)
 En general el buen rollo sigue imperando en la política noruega, a pesar de las desavenencias en cuanto al presupuesto. Hay un paralelismo claro entre España y Noruega. El país en general tiene un nivel relativamente bajo de contagio, por debajo de los 30 infectados por 100.000 habitantes los últimos 14 días, frente a los 300 de España o los 600 de Madrid, y eso hace que se relajen las medidas de control a partir de la semana que viene. Por ejemplo, se acepta que los bares sirvan alcohol más allá de las doce de la noche. Porque aquí la restricción no era tanto por cerrar el bar, sino por servir cerveza. Sin alcohol, no hay clientes, y no hay contagios. Hace unas semanas, pudo haber una tragedia cuando 25 personas acabaron en un hospital por falta de oxígeno tras la celebración de un cumpleaños en un antiguo bunker antiaereo en el centro de Oslo para saltarse esta prohibición.
 También los mayores de 20 años vamos a poder entrenar en deportes de contacto como fútbol y baloncesto. 
(confrontación Oslo-gobierno: aumento de medias en Oslo)
 Pero por otro, lado, la capital tiene niveles de contagio muy elevados, algunas zonas por encima de los 150 por 100.000 habitantes las última dos semanas y eso hace que, al igual que en España, aquí las medidas son más duras, y de hecho, el transporte público en Oslo y alrededores es el único lugar donde es obligatorio el uso de mascarilla, aunque la policía ha dicho que de momento no va a utilizar recursos para controlarlo. En general la gente lo respeta, aunque fuera de los transportes públicos todavía se mira raro al que usa mascarilla. Al revés que en España, aquí el gobierno es de Derechas y el ayuntamiento de Oslo de izquierdas, y al igual que en España, chocan en muchos puntos. Bent Høie, el “ministro Illa” noruego quería imponer duras medidas en Oslo, y se encontró de pleno con Raymond Johansen, “el Ayuso” de Oslo. Pero aquí, al revés que en España, en lugar de darse tortas, a los pocos días el Ayuntamiento de Oslo dijo que “había resistido la dura presión durante una semana”, pero que admitiría las medidas que decidiera el gobierno porque a la ciudadanía le resultaría raro choques entre gobiernos de un mismo país. ¿A qué os suena esto? 
 (pedir golosinas en Halloween) 
Pero aquí lo que realmente preocupa, es si los niños van a poder ir de casa en casa en Halloween para pedir golosinas. En principio se pensaba que no y todos los niños ya se estaban haciendo a la idea, pero ayer el Instituto de la salud noruego, publicó un alegre comunicado donde dice que sí se va a permitir, aunque no recomendar, ir a pedir chuches, siempre que se respeten las normas de seguridad, como que siempre ha de ser la misma persona de la unidad familiar la que abra la puerta para dar golosinas, y el niño que llame debe estar sano.
 (la distancia social no es problema en noruega)
 Ayer leí un interesante artículo en el diario VG sobre por qué Noruega se ha mantenido en cifras de infectados tan baja, cuando las medidas de restricción no han sido muy fuertes. La conclusión a la que llegaba el artículo no era tanto que se hubieran hecho las cosas bien aquí, sino que se han hecho mal en otros sitios (y no miro a nadie). Así, se puede aceptar que uno de los motivos por los que los contagios son bajos es porque aquí las medidas de distanciamiento social no suponen gran problema. Llevamos dos semanas de intensas lluvias que no animan a las reuniones sociales y yo conozco a más de uno y más de dos que están encantados de no tener que tocar ni con el hombro a sus congéneres.

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